Casa Batlló: entrada mejorada (Plata)

La Casa Batlló, una declaración del genio creativo sin límites de Gaudí, es un testimonio absoluto de su visión arquitectónica. Desde el exterior, hay innumerables detalles intrincados que pueden correlacionarse con formas orgánicas y abstractas. La fachada está ornamentada con un efecto de mosaico creado por piezas de azulejos de colores y cerámicas llamadas trencadís, que simulan la escama del dragón, un tema favorito que se repite con frecuencia en las obras de Gaudí. Este material tiene otra función: no solo proporciona interés al espectáculo visual, sino que también refleja una luz brillante para que parezca vivo durante todo el día en diferentes ambientes y condiciones de iluminación.

Y el interior de la Casa Batlló no decepciona en su dramatismo. Toda la casa se introduce en la gran escalera, que flota y conduce a los distintos niveles. Cada rincón de cada habitación está diseñado a la perfección, con paredes y techos curvos y vidrieras polifacéticas que proyectan patrones caleidoscópicos sobre los pisos. El patio central ilumina el corazón de la casa en la parte superior, donde el tragaluz ilumina casi todas las partes de la casa.

Lo más destacable de la Casa Batlló es la forma en que aparecen las formas orgánicas. Gaudí se inspiró en gran medida en el mundo natural que lo rodeaba, ya fuera una rama de árbol, un hueso de un animal o la forma de una concha, y aplicó esa influencia a su obra. Llevó esta idea a la práctica a través de las líneas fluidas de los pasamanos, de las puertas arqueadas e incluso del mobiliario que complementaba esa sensación de vigor en el espacio respectivo.

Hoy en día, la Casa Batlló está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y sigue siendo uno de los monumentos más emblemáticos de Barcelona que atrae a millones de visitantes cada año.