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La azotea de la Casa Milà: un paraíso escultórico

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Una Declaración Artística en las Alturas

En lo alto de la Casa Milà, también conocida como La Pedrera, se encuentra un tejado que trasciende la arquitectura tradicional, transformándose en un reino de expresión artística. Antoni Gaudí, el genio detrás de esta obra maestra, impregnó el tejado con un sentido de fantasía e innovación, convirtiéndolo en un símbolo icónico del horizonte de Barcelona.

Esculturas que Hablan

El tejado está adornado con una serie de chimeneas, cada una diseñada de manera única, pareciendo centinelas que vigilan la ciudad. Elaboradas con azulejos rotos y piedra, estas chimeneas no son solo funcionales, sino que son obras de arte, mostrando la afinidad de Gaudí por combinar utilidad con estética. Sus formas abstractas a menudo han sido comparadas con guerreros, otorgando un aire de misticismo al espacio ya encantador.

Un Lienzo Panorámico

Más allá de las esculturas, el tejado ofrece impresionantes vistas panorámicas de Barcelona, brindando un punto de vista único para apreciar la belleza de la ciudad. La superficie ondulante, con sus picos y valles, refleja las formas orgánicas encontradas en toda la obra de Gaudí, creando una sensación de armonía con el mundo natural.

Inspiración e Influencia

El tejado de Casa Milà no solo se ha convertido en una visita obligada para los turistas, sino que también sirve como una fuente interminable de inspiración para artistas y arquitectos. Su combinación de funcionalidad y estética surrealista demuestra el enfoque revolucionario de Gaudí hacia el diseño arquitectónico.

El tejado de Casa Milà se erige como un testimonio de la visión de Gaudí, donde cada elemento se fusiona para formar un país de las maravillas escultural, encantando a los visitantes y resonando con la vibrante alma artística de Barcelona.